lunes, 21 de diciembre de 2015

SOLTERA Y VIRGEN

Junto a mi tía Matilde en la tienda de ultramarinos de mi abuela
























A Matilde


Se fue tu tía Matilde
definitivamente al cielo. Antes ella
te lo solía traer entre las manos
y te bañaba en él. Tú,  por entonces,
solías ir de paseo pegada a sus rodillas.
Caminabais mucho los domingos
porque los días de diario ella tenía una tienda
en ese tiempo
en el que el hambre dejaba
su indeleble huella en el débil
estómago de los  pobres.

Matilde era tu madre, la segunda.
(La primera tenía tanto que hacer que no podía
detenerse demasiado en tu mirada).
Matilde solía pedirte
que le hicieras la cuentas
del negocio. Tú, casi siempre,
te solías equivocar
porque los números son ese punto débil
que te callas.

Tu tía Matilde era soltera y virgen.
(Eso al menos le dijo al médico
en alguna sincera confidencia).
Tú solías regalarle todos tus libros
y ella te recordaba :
El día que me muera
te los llevas.
Ahora, que ya se ha ido, nadie sabe
donde están.
No importa mucho.
Seguramente estará leyéndolos arriba.

Lo importante
es que tú la querías,


la querías.

( De mi libro Simulacro cero )

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