miércoles, 6 de enero de 2016

LA LLAVE





Ya sabes donde vivo.
Tienes mi dirección exacta:
en este puerto
que señaló la muerte
dejando un caracol de soledades.

Tengo un aburrimiento que no cede,
un cansado cansancio,
una promesa encima de la mesa.
Herida
estoy por la mitad.
Cabalgo
y no me muevo.
Vago
por mi misma tristeza.
Toco
el cuerpo de mi cuerpo
y me siento como fría.

Esta es mi casa.
Hasta aquí ha llegado el mundo
anunciando
que el sol sale
a pesar de la muerte.
Entra sin llamar.
No te caigas.
Cruza,
sigilosamente, mi mañana.
Ahora que me envejece abril
y huyen las golondrinas de mi pubis.

Fuego es lo que había antes.
Aunque todavía queda algún rescoldo
que hace vibrar la rosa de tu pecho.

Tienes la llave.
Te la di hace años.
Entra dentro de mí.

Mi casa sigue abierta.


( De mi libro El don de la batalla )

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